lunes, 28 de noviembre de 2011

Miradas conversadas

El pasado sábado pude presenciar en el centro de todas las cosas_ un momento único y mágico. Y digo único porque sé que será irrepetible. Jesús Pulpón, que durante los próximos diez días nos permite entrar en su vida y sentarnos junto a él para reflexionar sobre el Yo, la percepción que los demás tienen de nuestros actos, el hogar y la familia, consiguió crear un hábitat nuevo en el que todo era posible.

Se trataba de la primera de las cuatro Conversaciones que tiene programadas para esta semana, en las que dos personas muy importantes en su vida y que no se conocen entre sí, se sientan frente a frente para charlar sobre lo que tienen en común: Jesús Pulpón. A un lado; Gracia, o como Jesús la llama, Tata, una mujer cercana a los ochenta que vive del recuerdo de otros tiempos, al otro; Carolane, su actual pareja, una bailarina contemporánea que llegó desde Lyon para estudiar el flamenco. 



Desde el instante en el que sus miradas se encontraron, supimos que todo iría bien. Las palabras perdieron importancia en el momento en el que unieron sus manos para tranquilizarse mutuamente en silencio. Las diferencias se convirtieron en aliadas, surgiendo así un sólido contacto humano, comunicación desnuda y sin paliativos. Hablaron de amor, de arte, de juventud, de feminidad...

El sábado presencié cómo dos mujeres se conocían de verdad, cómo cruzaban sus vidas por primera y quizás última vez, demostrándole al mundo que algo así aún es posible, que por encima de toda esta marabunta de datos vacíos que nos rodean siguen estando las personas.

Mañana martes asistiremos a una nueva Conversación, seguramente muy diferente a la anterior, pero también irrepetible ejemplo de genuína humanidad.



Abraham Parrón para el centro de todas las cosas_

2 comentarios:

  1. Cuánta verdad pone Jesús en todo lo que hace... cuánta generosidad permitirnos asistir y bajarnos de este tiovivo llamado "sociedad". No me perderé el de mañana.

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  2. Estamos encantados con el proyecto íntimo y vitalista de Jesús. Como bien dices, se trata de un acto de enorme generosidad al que no queda otra manera de responder que mediante la reflexión, el detenimiento y la admiración.

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