Como viene siendo habitual, el pasado viernes asistimos a una velada mágica en El centro de todas las cosas_ En el mundo en el que vivimos, donde nos rodeamos de aparatos “inteligentes”, como electrodomésticos o automóviles, que nos hacen la vida más fácil, aburrida y predecible, hay que abogar por buscar, rescatar, y escuchar a personas inteligentes. De ahí, que una de las 13 ideas para cambiar el mundo (abecedario del Centro) sea la poesía, entendida como herramienta, objeto cotidiano, maravilloso alimento o arma arrojadiza.
Con este afán, un pequeño grupo de grandes personas se reunieron en el espacio, tomado por la naturaleza exquisita de Laura Millán, que ha preparado el terreno de un mundo post-apocalíptico en el que uno se siente ridículo y a la vez seguro y en paz. Todo comenzó con la presentación de una reedición de la obra Viento de Cuchillos, de Rocío Hernández Triano, de Ediciones En Huida. Sus poemas, llenos de serena profundidad, entrañas y belleza oscura y solitaria, nos envolvieron, entre naranjos e higueras, transportados en la suave carencia de su voz.
Después de esto, estaba previsto un recital colectivo, de puertas hacia fuera, para asaltar al transeúnte con poemas clásicos y anónimos. Sin embargo, la génesis de El centro de todas las cosas_ volvió a hacerse presente y a modificar cualquier idea preconcebida de quien en él se adentra. La noche se fue convirtiendo en una charla amena entre amigos que se conocían desde siempre pero que no habían cruzado sus vidas hasta ese momento, gente de todas las edades que disfrutaban compartiendo el instante. Los poemas iban surgiendo aquí y allá, mientras se debatía sobre cultura actual, juventud, Machado, amor.
El próximo viernes repetiremos la convocatoria de vivir una noche en torno a las palabras. Este llamamiento que hemos bautizado como ahora, POESÍA vivirá quizás su última sesión, para evolucionar hacia otras formas de contar y compartir poesía. Sabemos que no saldrá como lo tenemos planificado y así lo esperamos.
Una de las asistentes más jóvenes, leyendo un poema propio.
Antonio Parrón Camacho recitando alguno de sus poemas.