En la llamada realidad nada es estático, es un flujo, una corriente dinámica. Ríos que se unen y se separan. En los mismos ríos entramos y no entramos, somos y no somos.
Algo es ahora, un presente efímero que requiere del uso de los sentidos pera dejar de serlo inmediatamente después, para pasar a ser otra cosa, un verso entero. Una pausa en la entonación de este espacio. Un silencio cerámico.
Sub-ríos asonantes, hilos, saltos de agua, remansos, pequeñas pozas claras con agua cristalina y florecida de algas dadaístas.
Las ideas hacen inteligible El Centro de todas las Cosas.
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